Ezagutu kontrabandistaren historia
Las rutas por las que transitaban callan cientos de historias legendarias, siendo el mayor tabú popular de la época. Relatos que hoy día los abuelos transmiten a sus nietos en el valle de Esteribar. El estraperlo contribuyo como sustento y forma de prosperidad entre los vecinos de los pueblos de la frontera con Francia. Las noches cerradas, al abrigo de la oscuridad, permitían recorrer en silencio los montes siendo las piedras de estos senderos y sus árboles testigos mudos, señales clandestinas y códigos secretos del contrabando.
Los pasos de montaña, lo abrupto del terreno y lo frondoso de los bosques favorecían el tránsito de mercancías de primera necesidad como azúcar, repuestos de bicicletas, encajes, puntillas, café?
El conocimiento del terreno de los habitantes del valle otorgaba la ventaja necesaria para el éxito del contrabando. Las aprehensiones no resultaban suficientes para detener a los esquivos malhechores. No siempre tenían éxito al tratar de escabullirse teniendo que abandonar las mercancías y con ello parte del sustento familiar. Por ello los contrabandistas esteribartarras urdían originales artimañas para eludir la ley. Muchos se calzaban zuecos de madera con la forma de los pies tallada al revés logrando despistar a los guardias.